Estructura
Es una construcción rectangular, por fuera mide 177.4 por 164.6 m. y lleva cuatro torres en sus esquinas, de 20 por 30 m. y de 12 por 18.5 m. de altura cada una, destinadas a las comunicaciones verticales y rematadas por cubiertas pirámides. Las fachadas están divididas en dos alturas y van abiertas a modo de pórticos en los que se repite el diseño de un aspa. Es una construcción de hormigón armado visto y paredes prefabricadas de hormigón, cuyo tratamiento como material constructivo noble ha destacado repetidamente su arquitecto.
Terreno de juego
El terreno de juego, con el eje en dirección norte – sur, mide 105 x 68 m. y tiene una distancia mínima entre 6 y 7.5 m. desde la línea de banda a la valla de retención de espectadores.
Servicios
Funcionalidades
Descripción
Este nuevo estadio municipal, al que se llega desde la calle Alejandro Casona, lleva el nombre de Carlos Tartiere, el mismo que llevó durante años el viejo estadio de Buenavista, donde el Real Oviedo vivió tantas tardes gloriosas.
El 17 de septiembre del año 2000 se estrenó el nuevo Carlos Tartiere con el partido de 1ª División entre el Real Oviedo y la Unión Deportiva Las Palmas, que finalizó con empate a dos tantos. La inauguración oficial tuvo lugar tres días después (miércoles 20 de septiembre), en plenas fiestas locales de San Mateo, con un encuentro amistoso entre el Real Oviedo y el Partizán de Belgrado.
Fue construido por el Ayuntamiento de Oviedo en un extremo del Parque del Oeste (la antigua Ería de Buenavista), encajado en una hondonada que tiene desniveles de hasta 30 metros y con el terreno de juego situado en el eje norte-sur.
La construcción del nuevo campo de fútbol para el Real Oviedo se planteó a raíz de unas directrices de la UEFA para la seguridad en los estadios, entre las que se encontraba que todos los campos de fútbol de equipos de Primera División debían tener la totalidad de su aforo en localidades de asiento, requisito que se aprobó exigir para la temporada 1998-99, aunque para su cumplimiento se dio una moratoria, entre otros, al Real Oviedo.
Esa normativa iba suponer que el estadio de Buenavista pasara de las 23.500 localidades a un aforo de tan sólo 14.400. Para afrontar ese problema, en el Ayuntamiento, propietario del campo, se barajaron varias soluciones, como remodelar el estadio con un giro de la edificación o ampliar la tribuna norte, rescatando un proyecto del ex arquitecto municipal Florencio Muñiz Uribe.
Finalmente, el alcalde, Gabino de Lorenzo, decidió plantear la construcción por el Ayuntamiento de un nuevo campo, y que éste se hiciese en un extremo del Parque del Oeste, para lo cual se convocó un concurso de proyecto y obra. La propuesta elegida fue la presentada por Dragados con un diseño elaborado por los arquitectos Carlos Buxadé Ribot, Joan Margarit Consarnau y Emilio Llano.
El estadio es un edificio rectangular —por fuera mide 177,4 por 164,6 metros— que lleva cuatro torres en sus esquinas para comunicaciones verticales, que no sobresalen del remate de cubierta. Estas torres miden 20 x 30 m y tienen de 12 a 18,5 m de altura.
Las fachadas, en tonos muy claros y con acabado de hormigón armado visto y paneles prefabricados de hormigón para evitar costes de mantenimiento, están divididas en dos alturas y van abiertas a modo de pórticos en los que se repite un aspa metálica, figura que vuelve a aparecer bajo la cubierta de los laterales. El campo tiene cubiertas las cuatro gradas —con chapa metálica lacada en azul—, quedando preparado para poder cubrirlo en su totalidad, incluyendo el césped, si así se decidiera.
El nuevo estadio, con 30.084 localidades, tiene dos gradas bajas alrededor de todo el terreno de juego, con 12 hileras de asientos cada una. Las gradas altas sólo son una en los lados norte y sur o fondos, mientras que los laterales disponen de una segunda grada alta.
El terreno de juego, en dirección norte-sur, mide 105 x 68 metros —igual que el viejo Tartiere— y una distancia mínima de entre 6 y 7,5 metros desde la línea de banda a la valla de retención de espectadores. Los accesos al interior cuentan con 24 puertas para la grada baja, entrando a las gradas altas desde las torres, directamente desde la urbanización en el caso de la sur y por dos escaleras exteriores, en el de la norte.
La tribuna de honor se construyó en la grada occidental y dispone de 320 localidades.
La fachada principal del campo de fútbol es la oeste, mientras que a la oriental se puede llegar también directamente por una escalinata y un recorrido peatonal desde Alejandro Casona.
Incluso antes del comienzo de las obras, uno de los problemas que planteaba la construcción del nuevo estadio venía marcado por la complicación del propio terreno, por tratarse de suelos deteriorados con la explotación de antiguas industrias cerámicas, con taludes artificiales y con desniveles de entre 10 y 20 metros de media. Esta dificultad supuso que el proyecto en ejecución incluyera una cimentación de alto coste, con un sistema de zapatas tradicionales, que alcanzó por sí sola una inversión de 417 millones de pesetas, que se sumaron a los 389 millones gastados en el acondicionamiento del terreno.
En el año 1999 comenzó la obra del nuevo Carlos Tartiere con la construcción de la estructura, iniciándose después la instalación de la cubierta metálica, una de las partes más complejas de la obra por el gran tamaño y peso de las piezas del techo para reducir al mínimo el trabajo de soldadura.
El nuevo estadio cuenta con aparcamiento externo.
Fuente: Ayuntamiento de Oviedo.